Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Resumen de contenidos

El término Trastorno del Espectro Autista (TEA) se utiliza para denominar a un grupo de trastornos del neurodesarrollo que se caracterizan por la presencia de dificultades en la interacción social, en la comunicación y la conducta. Afecta aproximadamente al 2-3% de la población, siendo la prevalencia mayor en niños que en niñas. Las dificultades asociadas a este trastorno pueden verse reflejadas en los siguientes síntomas:

  • Deficiencias en la reciprocidad socioemocional: acercamiento social anormal, fracaso en las conversaciones o disminución en intereses o emociones compartidos.
  • Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales: anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o deficiencias de la comprensión y el uso de gestos comunicativos.
  • Deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones: dificultades para ajustar el comportamiento en diversos contactos sociales, para compartir juegos imaginativos o para hacer amigos, o ausencia de interés por otras personas.
  • Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades:
    • Movimientos, habla o utilización de objetos estereotipados o repetitivos.
    • Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad en las rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal.
    • Intereses muy restringidos y fijos, que son anormales en cuanto a su intensidad o foco de interés.
    • Hiper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno.

Ninguna persona con Trastorno del Espectro Autista (TEA) tiene características idénticas.

\"TEA\"

Ninguna persona con este trastorno tienen características idénticas ya que dentro de este espectro cada individuo tendrá una intensidad o gravedad de los síntomas diferentes. En función de la gravedad y presencia de síntomas, así como del grado de autonomía, pueden establecerse tres grados:

  • Grado 1: pueden llevar una vida autónoma, necesitando apoyo en ciertos momentos. Tienen dificultades leves en la interacción social y poco interés en la misma. El desarrollo del lenguaje y los procesos cognitivos es normal.
  • Grado 2: tiene dificultades en la interacción social con tendencia al aislamiento, un lenguaje muy reducido y conductas repetitivas. Con apoyo, pueden desarrollar tareas de la vida diaria.
  • Grado 3: dificultades severas en la comunicación y en la interacción social. Normalmente sólo se comunican de manera directa con personas muy cercanas. Suelen presentar movimientos estereotipados que influyen en su comportamiento. No pueden llevar una vida autónoma.

Este trastorno se da desde la primera infancia. La identificación de los primeros síntomas y la intervención en atención temprana son dos pilares fundamentales, ya que esto permitirá minimizar la intensidad de dichos síntomas y posibilitará que el niño cree estrategias de adaptación al entorno que le permitan sobrellevar dichas dificultades. Para ello, debemos fijarnos en si se cumplen o no los hitos del desarrollo normales para su edad.

Algunas de las estrategias para tratar de manera adecuada con personas con TEA son:

  • Estructurar las actividades y los tiempos lo máximo posible, ya que no tener rutinas suele descolocarles bastante.
  • Utilizar señales claras para comunicarnos con ellos. Si nos apoyamos en material visual, mejor aún.
  • Evitar ambientes en los que haya demasiados estímulos.
  • Es necesario explicar el sentido de todo lo que se dice o se hace, ya que así nos entenderán mejor. Además, cualquier actividad con un objetivo funcional en su vida será de mayor interés para estos niños.
  • Intentar evitar el aislamiento social atrayéndolos hacia este tipo de situaciones, ya que ellos por sí mismos no lo intentarán.
  • Proporcionar apoyo en lo que sea necesario, pero no de más, ya que muchas veces pensamos que son menos capaces de lo que en realidad son.

 

Los estudios de neuropsicología relacionados con el Trastorno del Espectro Autista han traído una nueva visión sobre el desarrollo de estos niños y las disfunciones que pueden presentar a nivel cognitivo, permitiéndonos entender cómo podemos evaluarlos para una intervención más ajustada y consciente.

En Psicología Montesol nos alegramos de ofrecer un nuevo servicio, que se basará en el apoyo a los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) para que consigan una mejor adaptación al entorno y una mayor autonomía, así como en el entrenamiento de las habilidades cognitivas que se encuentren más deterioradas, como pueden ser las funciones ejecutivas. Contacta con nosotros para más información.

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