Los 5 pasos siguientes
16. Un día de calma
Hoy intenta estar todo el día muy tranquilo y no te dejes alterar por nada. A continuación, unos trucos de ayuda para cuando sientas que vas a perder los nervios:
1. Haz un ejercicio de respiración: pon ambas manos sobre tu vientre y siente cómo se infla y se desinfla pensando únicamente en tu respiración.
2. No reacciones: no vociferes ni contestes enfadado a un correo, deja la reacción para más tarde y sigue con lo que estabas haciendo.
3. Busca la palabra: intenta encontrar la palabra exacta que describa lo que te está haciendo perder los nervios, como, por ejemplo, “ofensa”, “humillación”, “injusticia”, “envidia”, etc.
¿Ha funcionado? ¿Has conseguido estar tranquilo todo el día? ¿No? Pues no te preocupes, ¡mañana será otro día!
17. Escuchar y comprender
Hoy, observarte mientras hablas con otras personas: ¿Cómo escuchas? ¿Estás formulando ya tu respuesta en la cabeza? ¿Reaccionas inmediatamente con una objeción o una sugerencia? Si somos sinceros, en general solo escuchamos lo justo para contestar lo antes posible.
Dedica hoy mismo toda tu atención a los otros y tómatelos completamente en serio. Los pensamientos que te pasen por la mente, guárdalos para ti, no hagas ningún comentario, no repliques ni protestes. Mantén bien atentos tus oídos y tu corazón y procura comprender realmente lo que el otro quiere decir, porque eso es lo único que deseamos también para nosotros mismos.
18. Meditar planchando
Atención plena significa tomar conciencia de cada acto que llevamos a cabo, realizar cualquier actividad totalmente concentrados y percibir todo lo que ocurre en ese momento, incluyendo también las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Por ejemplo, la próxima vez que planches la ropa, percibe cómo la plancha se desliza por la tela dejando surcos lisos y calientes. Siente las diferencias de temperatura. Acaricia la ropa con la mano. Huélela y percibe cómo reaccionan al planchado las piezas lavadas. Si notas que tus pensamientos se dispersan, no te preocupes; simplemente, vuelve a llevarlos a la acción que estás realizando.
19. Concluir la jornada
Una copa de vino, te duermes delante de la tele y te vuelves a ir a la cama demasiado tarde. ¿Te suena? Pues en lugar de eso, intenta acabar la jornada de una forma más relajada. Por ejemplo, pasando revista al día y recordando un par de acontecimientos agradables; disfrutando de la paz sin distracciones externas, o dando la vuelta a la manzana o por el parque más cercano. Y, por último, métete en la cama y disfruta con plena conciencia de lo placentero que es dejarte caer en el colchón, hundir la cabeza en la almohada y quedarte dormido.
20. Dejar espacio para lo nuevo
Para cambiar tu vida, y aunque solo sea un poco, es importante dejar atrás lo viejo y hacer espacio para lo nuevo. El siguiente ejercicio te ayudará a interiorizar esta imagen:
Coloca las manos delante de ti en forma de cuencos. Imagínate que esos cuencos están llenos de tu vida anterior. Lleva una de las manos por encima del hombro y visualiza cómo arrojas tu vida antigua hacia atrás. Después vuelve a llevar la mano hacia delante e imagina cómo se llena con vida nueva, con fuerza nueva y con ideas nuevas. Repite el ejercicio con cada mano unas cinco veces.
Te esperamos para el próximo reto. No te lo pierdas.
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