Los 5 siguientes pasos
11. Escuchar el silencio
¡Por fin paz! Al fin puedes disfrutar del silencio en casa o en el parque, sin el ruido del tráfico o el barullo de la gente. Pero incluso cuando crees que no oyes nada, el mundo a tu alrededor no está en completo silencio
Cierra los ojos y agudiza el oído. Concéntrate en cualquier rastro acústico e intenta seguirlo. Aún con tapones en los oídos podemos escuchar nuestras pulsaciones y el flujo sanguíneo. Tú mismo eres parte de los sonidos del universo. Así que escucha, acéptalo y ponte en sintonía.
12. Percibir ¿qué es?
Un aspecto importante de la atención plena es percibir las cosas, el mundo y a las personas tal y como son. Pruébalo hoy. ¿Parece fácil, verdad? Pero a menudo no lo es, porque ya desde pequeños estamos entrenados para clasificar todo automática e inconscientemente en “bueno” y “malo”.
Percibir sin juzgar requiere práctica y perseverancia. Nuestra mente nos comunica constantemente lo que le gusta y lo que no, lo que le irrita, lo que desea tener y lo que quiere evitar. Se trata de no escucharla siempre y, en su lugar, ir al encuentro de la vida momento a momento sin prejuicios.
13. Aceptar ¿qué es?
Otra de las ideas fundamentales de la atención plena es que después de percibir viene aceptar. Como la vida a veces va bien y otras mal, ahorraríamos mucha energía si aceptáramos las cosas tal y como son en el momento y reaccionáramos de manera serena sin disgustarnos, ya se trate de pensamientos que afloran durante la meditación, del mal tiempo el primer día de las vacaciones o del atasco de camino al trabajo.
Practica hoy con plena consciencia la aceptación de todo lo que te ocurra sin querer cuestionarlo, juzgarlo o cambiarlo.
14. Sentir el propio cuerpo
El ejercicio físico es sano para el cuerpo, la mente y el alma. Eso ya lo sabes, de modo que al menos un poco de ejercicio moderado debería formar parte de tu rutina diaria. Hoy -y siempre que puedas- aparca más lejos de lo habitual o bájate del metro o del autobús una parada antes. O, mejor aún, coge la bicicleta o simplemente camina.
Mientras haces ejercicio, intenta prestar atención a tu cuerpo, adéntrate en él y escúchalo. Siente el trabajo que hacen los músculos, la tensión de los tendones y el flujo de tu respiración. Siéntete orgulloso de tu cuerpo; él realiza a diario un trabajo increíblemente complejo y te vincula al mundo material.
15. Meditar sentado
Meditar sentado es otra forma de meditación. Puedes hacerlo en la postura del loto (sentado en el suelo con las piernas cruzadas, cada pie encima del muslo opuesto), de rodillas o simplemente sentado en una silla; lo importante es que la espalda esté lo más recta posible y no la apoyes. Siente como si un hilo la atravesara de arriba abajo hasta la cabeza y tirara suavemente hacia arriba.
Un tipo básico de meditación consiste en contar las respiraciones. Es normal que, antes de llegar a diez, vengan a tu mente pensamientos que te distraigan. Pero no te dejes irritar por ello. Empieza hoy a practicar este tipo de meditación durante tan solo un par de minutos y ve aumentando el tiempo progresivamente.
Te esperamos para el próximo reto. No te lo pierdas.
Síguenos en Facebook o en el blog de Psicología Montesol