Características de personalidad tipo A o B
Personalidad tipo A
- Velocidad, impaciencia, irritabilidad, siempre tiene prisa.
- Estilo dominante y autoritario.
- Pensamiento concretista, con dificultad para conocer y expresar sus emociones.
- Actitud hostil, dura, competitiva.
- Gran implicación en el trabajo, con tendencia a la actividad permanente. Consideran el descanso o el ocio como pérdidas de tiempo.
- Preocupación por el rendimiento y los resultados finales, más que por el disfrute de la actividad mientras se realiza.
- Pocos intereses y relaciones personales al margen del trabajo.
¿Cómo son?
Son personas enérgicas, que hablan con voz alta y con rapidez, se muestran tensos e impacientes. Su vida gira en torno al trabajo, al logro y al éxito, son competitivos y ambiciosos y dan la impresión de no tener nunca suficiente. Tienen una gran necesidad de control de su ambiente, lo cual los vuelve muy tenaces, aunque pueden seguir intentándolo incluso cuando las posibilidades de éxito son mínimas y la tarea está destinada al fracaso.
Estas personas tratan de probarse a sí mismas continuamente, midiéndose a través de sus logros. Por este motivo emprenden numerosas tareas, tratando de destacar y triunfar en todas ellas. Dado que su valor personal depende para ellos de sus logros, suelen tener un gran temor al fracaso, pues lo consideran un indicativo de su falta de valor personal. Debido a que el logro y el éxito se vuelve para ellos una cuestión vital, se encuentran en una continua competición con los demás.
Tienen problemas para identificar, reconocer y expresar sus propios sentimientos, junto con una ausencia de fantasías.
Podemos encontrarnos a estas personas realizando dos actividades al mismo tiempo. Necesitan estar siempre ocupados, centrados en los resultados en vez de en el placer que puedan obtener con la tarea que realizan. Les cuesta mantener la atención en un tema que no consideren de gran importancia, pues es una pérdida de su valioso y escaso tiempo. A menudo están pensando en la solución de problemas que consideran de gran importancia, casi siempre relacionados con el trabajo, lo cual hace que presten menos atención al mundo exterior y sean, por este motivo, más propensos a accidentes. En los periodos de inactividad o vacaciones se muestran inquietos.
Además…
No suelen mirar al interior de sí mismos y sus recuerdos suelen girar en torno al trabajo y logros, mostrando desinterés por otros datos de sí mismos o su pasado. Suelen estar bastante desconectados de su vida interior.
Incapaces de delegar responsabilidades o tareas en otras personas. Para ellos lo ideal es hacerlo todo ellos mismos.
Propensos a la ira y la hostilidad, consideran que ellos tienen todas las soluciones y que las cosas funcionan mal porque no se les consulta a ellos, no tienen en cuenta las opiniones de los demás y tienden a ocultar sus propias deficiencias culpando o descalificando a otras personas. Para ellos, cualquier muestra de debilidad puede ser fatal.
Personas agresivas, con estallidos de descontrol emocional. Son muy sensibles al medio y la mínima provocación puede hacerles estallar con violencia exagerada e injustificada. Esta agresividad no se da necesariamente en forma de violencia física (aunque puede suceder), sino que puede expresarse por medio de otras conductas como desvirtuar logros ajenos, disminuir el valor del trabajo de los demás, desacreditar sus ideas, negarles atención o ayuda, etc.
Enfermedades asociadas
Numerosos estudios muestran cómo la ira y la hostilidad son factores importantes que contribuyen a padecer trastornos de las arterias coronarias.
Las personas que sienten ira pero son incapaces de expresarla de un modo adecuado y la reprimen, tienen una mayor probabilidad de tener trastornos coronarios. Un estudio realizado por Barefoot, Dahlstrom y Williams para medir la hostilidad mostró que las personas que puntuaban por encima de la media en la escala de hostilidad tenían un promedio de mortalidad 6,4 veces más alto que los que puntuaron por debajo de la media. Es decir, tanto la ira reprimida como la hostilidad abierta, afectan negativamente a la salud, produciendo un mayor riesgo de enfermedad coronaria e hipertensión
Personalidad tipo B (opuesta a la personalidad tipo A)
- Relajado.
- Es asertivo, expresa lo que piensa y siente, también las emociones negativas, de una forma adecuada y no agresiva.
- Tranquilo. Es raro verlo con prisa, disfruta de lo que hace y se toma su tiempo; si se retrasa, se lo toma con calma y no se estresa. Se siente a gusto concentrándose sólo en una idea o actividad.
- Se acuesta tarde, disfruta de la noche, le encanta dormir hasta tarde, en su tiempo libre participa en actividades recreativas y deportivas. Parece que sus días tienen más horas que los de los demás.
- Lleva una vida muy regular y tranquila, no se perturba fácilmente por lo que ocurre a su alrededor. A menudo se detiene para evaluar sus logros y analizar sus actividades.
- Satisfecho. Se siente a gusto consigo mismo, por lo que no tiene necesidad de competir ni de sentirse superior a los demás. Acepta la vida tal como es, deja que las cosas sigan su curso. Le interesa más que nada su bienestar personal.
- Aunque sean más lentos, la óptima calidad de su trabajo, y su creatividad, hace que consigan puestos y reconocimientos más altos. Algunas investigaciones afirman que los ejecutivos top tienden a ser personalidades tipo B.
- Empático. Sabe escuchar, es capaz de olvidarse de sí mismo y ponerse en el lugar del otro.
- Cálido. Es agradable, de temperamento templado, hace sentir bien a los demás, proyecta mucha calma.
- Seguro de sí mismo. Tiene una gran autoestima, confía mucho en sí mismo, transmite poca ansiedad.
Enfermedades asociadas
Es la personalidad ideal para mantener la salud y evitar la enfermedad, es un factor protector respecto al estrés y los trastornos de ansiedad. Perciben los factores estresantes como oportunidades para un cambio.
La psicología cuenta hoy, a través
de la psicoterapia, con las herramientas suficientes
como para modificar esos rasgos de personalidad
desadaptativos. La consulta a tiempo puede ayudar a
prevenir los efectos negativos de la personalidad tipo
A sobre la salud física en particular y sobre la calidad
de vida en general. Y en el caso de pacientes que ya
presentan una patología cardíaca, un tratamiento
psicológico adecuado puede ayudarlos a una mejor
recuperación y a un mayor bienestar psicológico. En
este y otros campos, y como resultado de su trabajo
científico, la psicología dispone hoy de intervenciones
eficaces.
Fuente:http://licmendezbra.blogspot.com.es/2015/04/las-enfermedades-segun-el-tipo-de.html