¿Carencias afectivas?
Cuando hablamos de dependencia emocional nos estamos refiriendo a la necesidad que una persona siente hacia su pareja (generalmente) o hacia otras personas a lo largo de las diferentes relaciones. Esa dependencia se traduce en sumisión, pensamientos obsesivos en relación a la pareja, miedo al abandono…
En las personas con dependencia emocional podemos encontrar carencias afectivas y baja autoestima. Esto hace que estas personas sitúen sus relaciones (mayormente amorosas) por encima de todo. Haciendo que todo gire en torno a su relación, causando que otras partes importantes de sus vidas como familia, trabajo, amistades e incluso ellos mismos queden en un segundo plano o abandonadas. Su dependencia se nutre de una obsesión que pretende cubrir un vacío emocional mediante relaciones que aporten aunque sea un mínimo de afectividad.
Debido a las necesidades emocionales en las que se encuentra la persona con dependencia emocional, esta necesidad compromete su estado de ánimo, su tiempo, su comportamiento, sus responsabilidades y obligaciones por la persona amada. Todo su mundo se centrará en la aceptación o rechazo de la otra persona. Todo esto le hará volcarse en la relación y satisfacer a toda costa a su pareja. Tendrá la falsa creencia de que su felicidad dependerá solamente de contentar a la persona que conforma su pareja sentimental.
¿Cómo te ayudamos?
Para tratar la dependencia emocional se integran diferentes elementos durante la intervención de varias disciplinas psicológicas como por ejemplo: Terapia Cognitivo-Conductual, Psicología Positiva, Mindfulness e incluso de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).
El tratamiento puede comenzar con la prescripción de pautas de control de estímulos. Favoreciendo de esta manera la abstinencia que se puede producir en la persona que solicita ayuda. A continuación se entrenan diversas habilidades (pautas para el aumento de la autoestima, asertividad, solución de problemas, etc…). Haciendo que la persona aumente su capacidad de resolución y por lo tanto de afrontamiento. En estas situaciones se trabaja también la tolerancia del paciente ante el malestar y el miedo que le puede producir la soledad. Seguidamente, se llevan a cabo técnicas de exposición a los estímulos desencadenantes del malestar (pensamientos o recuerdos sobre la pareja, aparición de estímulos relacionados con la pareja, etc.) y del síndrome de abstinencia que se genera una vez finalizada la relación.
A lo largo de toda la terapia se recomienda el entrenamiento en Mindfulness. Ya que este tipo de entrenamiento ayuda a que los pasos anteriormente descritos para el tratamiento se produzcan de una manera más fluida en el paciente.
Gara Palacios. Psicóloga y Coach
Psicología Montesol