Los 5 siguientes pasos
6. El día del silencio
Callar conscientemente puede ser muy renovador. Hoy, proponte estar en silencio durante una hora o incluso todo el día. Es apropiado hacerlo durante un día libre y no en un día de trabajo. Avisa a las personas que te rodean de lo que vas a hacer, así evitarás malentendidos.
Como isla del silencio, notarás que el mar de palabras que te rodea se calmará. Abre tu percepción para muchas otras impresiones más allá del habla. Los ruidos se volverán más obvios y las palabras más claras. Las miradas y los gestos empezarán a explicar historias
7. Escaneo corporal
Con este importante ejercicio de atención plena nos adentramos en todas las partes del cuerpo para entrar en contacto con nosotros mismos.
- Estírate sobre una esterilla de yoga, cierra los ojos si lo deseas, y primero concéntrate en tu respiración profunda y consciente.
- Luego empieza a observar tu cuerpo. Comienza por los dedos del pie izquierdo y deja que la respiración fluya hasta la punta de ellos en tu pensamiento.
- Continúa recorriendo así las demás partes de tu cuerpo. Después de los dedos de los pies, siguen los mismos pies y las piernas, luego los dedos de las manos, los brazos, seguidos del tronco, los hombros y la cabeza hasta la coronilla, donde permanecerás unos instantes.
8. Ejercicios de 3 minutos
Este simple ejercicio de meditación puedes integrarlo en tu rutina diaria con facilidad. Pruébalo hoy: deja de hacer lo que estés haciendo, a sea en la oficina o en casa, y haz una pausa de 3 minutos. Repítelo varias veces
Luego por la espalda recta, cierra los ojos y percibe conscientemente lo que sientes: ¿cómo está tu cuerpo?, ¿cómo fluye tu respiración? ¿qué emoción aflora con fuerza en este momento? ¿qué sonidos oyes?
Limítate a la pura percepción, sin valorarla o querer cambiarla.
9. ¡La cabeza bien alta!
Especialmente aquellas personas que trabajan sentadas, suelen notar la tensión en la musculatura del cuello. Pero no es solo la postura delante del ordenador lo que causa estas tensiones; también el estado interior se hace evidente en las rigideces y contracturas musculares, ya se debido al estrés en el trabajo o a las preocupaciones por los seres queridos.
Intenta relajar conscientemente los músculos del cuello un par de veces al día. Echa los hombros hacia atrás y estira hacia arriba las orejas y la parte posterior de la cabeza. Respira profundamente unas cuantas veces y pregúntate con calma: ¿qué me está agobiando o afligiendo? Quien se escucha a sí mismo recibe una respuesta.
10. Un respiro para la boca
Observa conscientemente tu boca, especialmente fíjate en cuántas veces aprietas los dientes o los labios- Lo hacemos con más frecuencia de la que nos pensamos. Sucede inconscientemente, pero la tensión en la boca indica que estamos tensos en general. Además, si tenemos los labios apretados, nuestra expresión no resulta muy agradable ni atractiva. De modo que, si queremos parecer relajados y receptivos, y por supuesto también estarlo, debemos acostumbrarnos a relajar los labios y la mandíbula conscientemente varias veces al día.
Te esperamos para el próximo reto. No te lo pierdas.
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